Narra Cher:
Era Lunes, primer
día de universidad, para mi una mierda porque de todas formas en todas las
escuelas siempre suspendía y solo iba para observar a los chicos y a las chicas
pijas enseñar lo máximo que podían.
Me coloqué lo mismo
que siempre, unos pantalones, sudadera y gorro, todo negro con las deportivas
del mismo color, cogí la mochila y salí hacía el instituto, iba con mi móvil en
la mano y tropecé con alguien.
-Parece que nada más
levantarnos nos encontramos, ¿dónde vas?-EL rizos otra vez, pensé.
-¿Te importa?
Intento no llegar tarde a la uni, aunque en verdad me da igual.-Suspiré.
-Yo también,
¿quieres que te llevé?
-No gracias, cojo el
autobús, adiós.
-Vale, entonces voy
contigo.-Sonrió cuando gire mi cabeza para mirarlo.- ¿A cual vas?-Me preguntó
colocándose al lado mía.
-A una tal Wentworth
University.-Dije mientras miraba el paisaje que el realidad no era mucho mejor
que lo que tenía al lado, un chico moreno de pelo rizado y ojos verdes
penetrantes, ¿pero que dices Cher? ¡DESPIERTA! Me dije a mi misma.
-Vaya.-Rió.
-¿Vaya?
-Sí, ya me
entenderás.- Yo solo asentí.
Me incorporé a mi
asiento mirando a toda la gente que leía, escribía mensajes o simplemente se
mantenía en silencio, miré al rizos y estaba tecleando felizmente, miré el
nombre y era una tal Lisa, sonreí falsamente y suspiré, Harry me miró y sonrió
al comprobar mi acción.
-Vaya, de nuevo
celosa.-Me susurró para no romper el silencio que se respiraba y rozando sus
carnosos labios con mi mejilla.
-¿Otra vez te tengo
que repetir? No estoy celosa de putas.-Sonreí falsamente.
-Me encanta cuando
se te arquean las cejas.-Rió.
-Vaya ya e
llegado.-Me levanté cuando el autobús todavía estaba en marcha y al parar de
repente me senté encima de Harry sin querer, entonces el me cogió de las
caderas.- Quédate así toda la vida por favor.-Me susurro con su ronca voz.
Me levanté
rápidamente y ande por el pasillo del bus mientras Harry me seguía. Baje del
autobús en frente de la puerta de la uni cuando una rubia llego al lado de
Harry y lo abrazó. Le miré y mientras la abrazaba me miraba.
-Lisa, Cher, Cher,
Lisa.-Rió Harry agarrándola todavía con una de sus manos en su cadera.
-Sí muy bien
adiós.-Dije al ver que la chica se disponía a darme dos besos y me largué de
allí dejando a los dos solos.
Entré por los
pasillos del instituto, todos me miraban y reían, me la sudaba la verdad, pero
llegue a un lugar en el que 4 chicas comenzaron a mirarme y reírse.
-¿Qué pasa tengo
monos en la cara?-Golpee una taquilla.
-Más que nada no se
como a eso lo llamas cara.-Rió una.
-¿Si? ¿Quieres que
te la deje así?- Me abalancé sobre ella y comencé a golpearla, no iba a dejar
que por ser la nueva se metieran de nuevo conmigo, en todos lo institutos era
igual y en todos de ellos acababa saliéndome con la mía, golpee su cabeza con
una de las taquillas y la chica calló al suelo, coloqué cada pierna a cada lado
de sus caderas y comencé a asestarle puñetazos y arrancándole sus extensiones.
Alguien me cogió fuertemente por detrás y me colocó al suelo pegándome a su
cuerpo, pude reconocerlo perfectamente. Golpeó todavía de espaldas una de las
puertas que había en el pasillo, estaba oscuro y no veía todavía a nadie,
entonces encendió la luz.
-¿Qué quieres ahora
rizos?-
-¿Qué pretendías?
¿Matarla?
-Pues hubiera estado
bien si me hubieras dejado.-Me crucé de brazos.
-Pero, ¿estás loca?
-¿Te importa lo que
haga?
-La verdad no, pero
te podrían expulsar.
-No son capaces,
siempre pasa lo mismo, todo va por suerte y yo tengo mucha.
-La suerte se acaba
y la puedes cagar, este colegio no es como en el que tú estabas antes, es
demasiado estricto y si te metes con una porrista todo el colegio está a tu
contra.
-¿Tú también?-Dije
levantándome y colocándome delante de él a centímetros de nuestros labios.
-N…No.-Tartamudeó.
-Me creía.-Dije
separándome de él y riendo.-Me da igual que todo el colegio este contra mí, las
pagaran si así quieren.-Me senté en la mesa.
-Bueno, tú sabrás lo
que haces, desde luego eres muy cabezona.
-Sí, lo que tú digas
ahora corre con tu amiguita.
-¿Todo es por
eso?-Rió acercándose a mí.
-Le vas a hacer
daño, aunque en verdad me da igual pero usas a todas igual.
-No a todas.-Dijo
poniendo su mano al lado de mi trasero.
-A ver donde ponemos
las manos.-Dije mirándola.
Cuando lo volví a
mirar sus portentosos ojos verdes me miraban de nuevo penetrantes como si
quisiera ver todo lo que hay dentro de mí, su mirada era la más profunda que
había visto.-¿Te molesta?-Susurró cerca de mis labios.
-La mano no, tu sí,
así que aire.-Dije tirando delicadamente de su camiseta.
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